Una sonrisa en la penumbra,
una mano furtiva, un placer inesperado, un mordisco,
un suspiro y
un deseo infinito de
seguir soñando y haciendo el amor. Después, la noche. Una noche oscura.
Una noche profunda. Una noche inmóvil y sólida. Una noche suspendida.
Una noche que parece no transcurrir nunca.
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