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martes, 31 de agosto de 2010

Crees tenerlo todo, pero estás equivocado. Solo basta salir a la calle para darte cuenta de que no. Miras a todos lados y solo ves parejas enamoradas: parejas de la mano dispuestas a conquistar el mundo, parejas besándose a las que no les importa lo que les rodea. Ellos si lo tienen todo. Hay gente que no ha podido disfrutar de esos momentos, gente que se pregunta si eso de lo que todos hablan, si el amor; existe realmente. Si es real o es solo un sueño que muy poca gente puede llegar a vivir. Esas personas solo piden vivir en su piel lo que es el amor, poder asegurar que existe. Quizá esa gente se entregaría más que nadie a ese sentimiento, pues necesita una fuerza que le impulse a levantarse cada mañana y le ayude a afrontar sus miedos. Todos necesitamos alguien con quien equivocarnos, alguien con quien compartir nuestras días; porque un tiempo sólo quizá pueda llegar a estar bien, pero una vida entera sólo acaba cansando…
Ayer tarde estábamos sentados junto a la mesa. No hacíamos nada, ni siquiera hablábamos. Yo tenía apoyada mi mano sobre un cenicero sin cenizas. Estábamos tristes: así era como estábamos, tristes. Pero era una tristeza dulce, casi una paz.
Lo estaba mirando y de pronto movió los labios para decir dos palabras. Dijo: "Te Quiero". Entonces me di cuenta de que era la primera vez que lo decía, más aún; que era la primera vez que me lo decía alguien. Lucas me lo hubiera repetido veinte veces por noche. Para él, repetirlo era como otro beso, era un simple resorte del juego amoroso. Él, en cambio, lo había dicho una vez, la necesaria.
Quizá ya no precise decirlo más, porque no es juego: es una esencia. Entonces sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era casi asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo. "Hasta ahora no te lo había dicho", murmuró, "no porque no te quisiera, sino porque ignoraba por qué te quería. Ahora lo sé."
Hay un viento de locos. Se cierran puertas provocando un golpe que hacen sobresaltar a cualquiera. Hay una corriente que hace que te cueste avanzar por las calles. Da igual que te peines o no antes de salir, no se notará la diferencia. Tus pelos volarán hacia cualquier dirección.
Y lo único que espero de todo esto, es que si el viento tiene tanta fuerza que es capaz de arrancar árboles, que es capaz de arrastras coches consigo... que tenga tantas fuerzas para arrancar de mí esas ganas que tengo de volver a verte...

Estoy a punto de emprender un viaje con rumbo hacia lo desconocido y no se si algún día vuelva a verte, no es fácil aceptar haber perdido...
Por mas que supliqué no me abandones, dijiste "no soy yo, es el destino". Y entonces entendí que aunque te amaba tenía que elegir otro camino... Y ahora de que me sirve la vida si no la vivo contigo, de que me sirve la esperanza si es lo último que muere, y sin ti ya la he perdido...

Porque de repente te encuentras con esa persona, la misma que llevas viendo durante años, pero lo ves diferente, no consigues apartar tu vista de él... Y es que a lo mejor antes tenías los ojos ocupados en otra persona, pero te das cuenta que es él a quien quieres a tu lado, y que por mucho que la vida de vueltas os va a volver a colocar juntos...

¿Como olvidar a la persona que te ha hecho feliz durante tanto tiempo? ¿A ese “primer amor”? El sentimiento de fragilidad al darte cuenta de que ya no está contigo para apoyarte en las situaciones difíciles, al ver que te falta algo que de algún modo nadie volverá a llenar nunca más, el saber que esos momentos que viviste con esa persona nunca van a volver. Las primeras veces. Ese sentimiento de tener el mundo en tus manos, ese cosquilleo en el estómago, esos nervios al ver que se acerca lentamente… Una sensación única que sabes que se ha ido para siempre. Tantos sueños rotos, tantos buenos recuerdos muertos… Pero quieras o no hay que seguir hasta encontrar a la persona que logre hacerte sentir algo parecido, porque la felicidad existe aunque quiera esconderse, solo hay que saber buscarla.
ya no eres como yo pensaba...
Tantos sueños tirados por la borda en menos de un
minuto
Nadie es como aparentar ser y mucho menos tu.

Si quieres hacer daño; hazselo a la gente
que te odia no a la gente que te quiere.
Qe seria capaz de todo por verte feliz
No destroces un corazon cuando estas tu dentro...
Porque lo unico que consigues
es hacerte daño a ti mismo.
Cuantas veces hemos deseado borrar un dia, un instante, un momento,
hasta un año de nuestras vidas a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria.
Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo,
recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su
lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo
regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su
paso y se marchan con lágrimas y un largo adios. Si desearamos en
algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo
a la frase "comezar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían
como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza
y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso


y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto.



La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.


Quedarían atras los amigos que iban a ser eternos.



Las cartas que nos hicieron llorar.


La primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos mas cálidos.



El día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más
hermoso, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos
recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades
por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no
sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?

domingo, 29 de agosto de 2010


Cuando somos pequeñas siempre vemos el mundo diferente y hacemos lo que sea para crecer. Nos ponemos tacos para parecernos a mamá, imitamos al hermano mayor o la prima y queremos opinar de las conversaciones de los grandes... Pero a medida que crecemos todo cambia, comienzas a llenarte de problemas, a ver que no todo es de color rosa, sino que está lleno de inconvenientes.
Conforme pasa tu vida tus problemas aumentan, y no siempre tus padres pueden solucionarlos, a veces ellos lo llaman "problemas de la adolescencia" pero muchas veces es más que eso. La sensación de estrés consume poco a poco y la gente tiene diferentes formas de colapso, unas más dolorosas que otras, pero colapso al fin. Cuando somos pequeños no tenemos problemas por todo, la inocencia nos libra de mucho; en cambio ahora solo debemos asumir las responsabilidades de nuestros actos. Verdaderamente es ahí donde sería ideal volver y ya nunca crecer...

─ ¿Me abrazas?
─ Claro que sí, ¿pero no sería mejor que yo te abrazara por sorpresa?
─ Lo necesito ahora, lo que importa de un abrazo no es si es sorpresa o si lo ves venir. Abrázame.
─ Te abrazo.
─ Siempre me ha gustado apoyar la mejilla derecha en alguien, y agarrarme fuerte.
─ No sería capaz de soltarte.
─ ¿Te das cuenta de que estamos en medio de la calle, abrazados y rodeados de multitud de transeúntes que nos observan? Me encanta, consiguen que me apetezca más cerrar los ojos y apoyar la mejilla derecha en tu hombro.
─ ¿Un mal día?
─ Sí, algo así. Un mal día sin ti…

—No vuelvas a hacerlo Astrid.
—¿Volver a hacer qué?
—Unirte emocionalmente a alguien que te presta un mínimo de atención porque te sientes sola. La soledad es una condición humana, nadie conseguirá llenar nunca ese vacío, lo mejor que puedes hacer es conocerte a ti misma, saber lo que quieres, y no dejar que te desvíen del camino.
Cuando estás completamente sola, y te acuerdas de esa persona por infinita vez al día, y recuerdas los momentos que habéis compartidos, todos y cada uno de ellos, algunos buenos y otros malos, pero todos especiales a su manera. Y que todo haya acabado así sin más, y que serías capaz de dar tu vida solo por estar con él, la persona que supo hacerte sentir lo que no sentiste con nadie y que ahora parece haberse olvidado de todo lo vivido, de todos los te quiero, de cada mensaje, de cada mirada...
¿Crees que volveremos a encontrarnos?, ¿crees que te reconocería? - La pequeña pero gran Gretchen pronunció esas palabras reservando el futuro nudo en la garganta para cuando llegara a casa.
Es posible...Tengo que irme. - Mark dejó de darle la espalda, todavía sin poder mirar a Gretchen directamente a los ojos.
Bien, adiós.- Lo estaba haciendo, sus piernas caminaban sin dueño. Aun con todas sus fuerzas concentradas en aquellos pasos.


Gretchen quiso darse la vuelta y abrazar a su amigo. Siempre había querido a Mark. Él, a pesar de no llegar a comprenderla del todo, solía tranquilizarla con sus palabras. Le gustaban sus bromas y odiarle de vez en cuando. Incluso enfadarse. Probablemente le molestaba sentirse tan bien y tan confusa a la vez con él. Era su amigo y estaba a punto de perderlo. (...)
Años después Gretchen seguía sentándose con las piernas cruzadas a ver sus fotos. Echar de menos es infinito. Le daba igual que no fuera bueno aferrarse al pasado, le hacía sentir más fuerte. Creía que de ese modo nunca perdería de vista su imagen. Y si se encontraban al fin, reconocería su sonrisa

jueves, 26 de agosto de 2010

Se nos iba la vida soñando. No dejo de escucharle diciendo que la vida te lleva por caminos raros. O aquello que oí por la calle esta semana, "si pretendes creer en los verdaderos sentimientos, te quedarás solo". Pasé de largo y avivé la mirada, sonreí. Quizá como venganza al sentirme ofendida. Camine más rápido para no pensar. Ya soy capaz de controlar el movimiento de los coches. Y el frío otoñal todavía no me preocupa. Pero no es fácil librarse de los pensamientos. Así que comencé a conversar conmigo misma y me pregunté si busco algo que no existe.

Al fin fui consciente de que todo eso me mantenía libre de otras preocupaciones. Como por ejemplo que todavía me sigue dando terror hablar en público. Que sigo callándome más cosas, y eso no es habitual en mí. Que los cambios siguen alterándome. Que hace mucho tiempo que no leo un buen libro. O que echo de menos ir a la biblioteca sin ánimo de estudiar, leer libros de poesía en la sala de música o buscar vinilos y perder el tiempo. Echo mucho de menos perder el tiempo aún más de lo que ya suele perderse él. Porque lo hace constantemente. Eso también me mata. Quedarme petrificada en cualquier sitio, con una tristeza inmensa por recuerdos que ni siquiera tengo. Por recuerdos que veo en otras personas. Y es que estoy cansada de soñar tejados mientras bailamos...

Me pregunto si debo comenzar a reemplazarte. Luego pienso en esperar un poco más. Pues no quiero olvidarte, ni que me olvides. Quizás ya lo has hecho. Quizás yo deba hacerlo también...

Sonríe a los problemas, lucha por lo que quieres, porque la vida es corta.
Tienes que romper reglas, perdonar rápido, besar lento y amar de verdad. ¿Para que vivir en el pasado? ¿Para que vivir recordando momentos dolorosos? El pasado muere, el presente vive, el recuerdo queda si, es inevitable, pero la vida sigue.
Tienes que ponerle fin, a lo que te hace mal, darle la vuelta y volver a empezar...

miércoles, 25 de agosto de 2010


Tenemos miedo, lo sentimos todo el tiempo, nos quedamos con la primera impresión, con lo primero que nos dicen. Preferimos un "no" antes que arriesgarnos por un "quizás". Elegimos ser lo que somos y creemos que eso es lo mejor para nosotros. Nos falta jugárnosla por esa persona, por ese sueño. Arriesgar o acertar, es parte de la vida. Pierde el que no lo intenta, el que se estanca en sus pensamientos. Corremos el riesgo de no crecer, de no esforzarnos, de no conocer ni aprender. Errar no es fallar, sino aprender a ganar. Quizás hoy sea un no, pero nadie te quita la posibilidad de que mañana sea un sí...