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sábado, 27 de noviembre de 2010



Se amaron con locura, como dos amantes que lo saben todo el uno del otro, sin preguntar, sin dudas. Ella dejó que él se la llevara a la luna, que jugara con ella hasta la saciedad. Empapados de sudor y gemidos, llenaron de vaho los cristales del coche, cubículo de amor que recogía sus silencios y sus miradas, que se balanceaba al compás de dos cuerpos que parecían ser uno solo. Durante minutos, o quizás años enteros, ella fue para él y él para ella, sin que hubiera nadie más, sin que las prohibiciones o las terceras personas importaran.



En aquel instante crucial, ella consiguió lo que había deseado desde que le había conocido: ser lo único para él. Con un último suspiro, él cayó sobre ella. Sus cuerpos, mojados y exhaustos, se detuvieron, sin querer moverse más. Dejaron que los minutos pasaran, sintiéndose uno, sin pensar un instante siguiera en romper aquella magia. Pero cuando él se levantó y la miró a los ojos, sonriendo, ella sintió que nunca, jamás, dejaría de haber magia en aquel día. Él rozó sus labios, sin dejar de mirarla, sin dejar de sonreír, empapándola de ternura, una ternura deliciosa que la paralizaba. Le susurró que se acercara a ella y él, como un niño bueno, apoyó la cabeza sobre su pecho y se abandonó al contacto de las manos suaves que se perdían por su espalda.



A veces me pueden los sueños y conozco a mujeres -quiero decir que me cruzo con ellas- y sin filtro ni credenciales, en un instante, me imagino una vida entera con ellas. La imagen de la felicidad occidental, un despertar en mañanas blancas, entre sábanas con caras de anuncio, y dos niños de la mano; o me las imagino simplemente tapando el frío.
En el metro, aeropuertos, bares, librerías, tiendas de ropa, esperando a que se ponga en verde un semáforo, en cualquier lugar, allí están para darme la vuelta a la cabeza por un rato... Si ves a alguna dile que me acuerdo de ella.

+ Nunca he dicho que no te quiera.
- Tampoco has dicho que lo hagas.
+ Siempre le buscas tres pies al gato.
- Todo sería más fácil si me dijeses la razón por la que no quieres que estemos juntos.
+ Tú y yo somos como un coche mal asegurado. No cubrimos los daños a terceros, enana.
- No sé si reírme o llorar.
+ ¡Ríete, que estás más guapa!

viernes, 26 de noviembre de 2010


Que sí, que conozco sus sonrisas de "que le den al mundo, que hoy soy feliz". Y me se de memoria los hoyuelos que le salen en las mejillas, y su forma de ver las cosas. Que he recorrido mil veces su cuerpo en busca de lunares nuevos, y me se con los ojos cerrados dónde me dejó la marca de sus besos. Que no hay cielo que se compare con sus ojos y el sol podría salir con que solo respirara. Que sé las locuras que pasan por mi mente cuando sus pestañas chocan con las mías, y sé que si sus manos se vendieran yo sería la mejor postora, aunque se vendieran caras. Que todo lo que le rodea es sencillo, que tiene un corazón complicado y por eso a veces es tan fácil enamorarse de sus palabras.

sábado, 20 de noviembre de 2010



Siempre hay que hacerle caso al corazón, ir donde él te lleve. Confiar en él. Lo difícil de hacerle caso al corazón es lo que la gente olvida mencionar: que a veces el corazón nos lleva a lugares a dónde no deberíamos ir, a lugares tan aterradores como atrayentes.
Y a veces el corazón nos conduce a lugares que nunca pueden llegar a un final feliz. Y eso ni siquiera es lo más difícil. Lo más difícil es que al hacerle caso al corazón dejamos lo normal y vamos a lo desconocido. Y cuando lo hacemos no podemos regresar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010


Las cosas empezaron bien, nos vimos unos días. Cine, mantas, risas, cervezas,maquillando el pasado para parecer más de lo que somos... vamos, lo normal. Así unos días, hasta que uno de los dos pidió algo más. Ese fue el punto de rupturapara que el terreno que pisábamos comenzara a desnivelarse. Vinieron entonces los pretextos, los regates, los mensajes a deshora, las llamadas distanciadas en el tiempo... vamos, lo normal. Se empezó a cumplir esa extraña teoría de que el amor son vasos comunicantes donde uno quiere y otro se deja querer. Al final, con el corazón sin presupuesto, tú te cansaste de perseguir, de no encontrar las llaves que abrían las puertas de mi alma y una buena tarde, después de unas semanas dándote excusas para no verte, me enteré de que volabas en otro colchón, con otro que no era yo. Y yo, que tantas veces te esquivé, comencé a quererte. Vamos, lo normal.
Algún día te escribiré la declaración de amor más bonita del mundo. Sé que será un día de otoño (porque nos encanta el otoño), pero uno de esos en los que a pesar de brillar el sol, el frío te abraza hasta los huesos. Te escribiré mi declaración de amor un día bañado en hojas de color naranja y castañas, tiritante, con olor a almendras dulces. Y después te quitaré un beso, tal vez dos... nos respiraremos y nos acurrucaremos en cualquier portal. Tú sabrás que te quiero para siempre... yo me reiré un poco, juntaré la punta de mi nariz a la tuya y te diré que si sabes lo poco que queda para que sea Navidad.
Más tarde o más temprano estaremos contemplando este mismo cielo estrellado. Quizás seamos un poco más sabios, cada arruga será un recuerdo atesorado, y entonces no tendré pudor de afirmar, después de toda una vida que 1+1 no siempre son dos. Tú y yo siempre seremos uno. Lo blanco a veces es negro. Lo más fácil no siempre es lo más bonito. Lo más bonito no es siempre lo más acertado. Que si hablar se puede con la mirada, también se puede besar con las palabras

domingo, 14 de noviembre de 2010

Cantaré hasta que me quede afónica, bailaré hasta que no me pueda mover mas, reiré hasta que llore, besaré hasta que se me gasten los labios, veré mi mundo de color rosa hasta que en las noticias salga que ese color ha dejado de existir, y aun así, cuando eso pase, me inventaré un color mas bonito, de eso estoy segura, y de lo que estoy aun mas segura es de que viviré la vida con todas mis fuerzas hasta que estas se me acaben, y si he podido inventar un color, ¿por que no iba a poder hacer una fuerza inagotable?


Me...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Si estamos con muchos, somos unas putas
Si estamos con pocos, somos unas monjas
Si hablamos mucho, somos insoportables
Si hablamos poco, somos aburridas
Si no nos lanzamos, somos unas niñatas
Si nos lanzamos, somos unas guarras
Si estamos con guapos, somos superficiales
Si estamos con feos, somos unas desesperadas
Si decimos que si, somos fáciles
Si decimos que no, somos unas calienta pollas
Si no es por que no tenemos culo, es que no tenemos tetas.
Si tenemos autoestima somos unas creídas
Si no la tenemos es que no nos valoramos lo suficiente
Que coño buscais?

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ese domingo había amanecido con treinta y nueve de fiebre, y la garganta completamente rota, así que me dio por plantearte situaciones trágicas mientras desayunábamos. Te pregunté si seguirías queriéndome si tuviera una enfermedad terminal, si me faltara alguna extremidad o si un accidente de tráfico me desfigurara totalmente la cara. Tu respuesta era siempre la misma… me decías ‘'claro, ¿eres tonta o qué?’', y hacías remolinos en el café con la cucharilla, mientras mirabas como llovía fuera. Pero yo no me daba por satisfecha y volvía a las andadas… ‘'¿y sí un día, por cualquier cosa, se me acaban los besos?'’.

Entonces hundiste el dedo en el bote del azúcar, me manchaste la comisura de los labios y me besaste tiérnamente hasta que no quedó ni un granito. ‘'Mira, boba… tengo toda la certeza de que los míos son infinitos, así que te prestaría los que quisieras. Y ahora acábate la leche, tómate la medicina y a la cama… que si no, no te leo El Principito, ¿eh?'’. Comenzó a nevar. Como estaba enferma no me dejaste salir a jugar, pero hiciste una bola de nieve gigantesca y me la llevaste a la cama para que la tirara contra la pared de la habitación.

Aprendí que no se puede dar marcha atrás por mucho que se quiera. Tú no dependes del tiempo sino que el tiempo depende de ti, la esencia de la vida es ir hacia adelante. En realidad, la vida es una calle de sentido único. Lo que no puedas aceptar, déjalo pasar, más adelante lo vas a comprender. Que no se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos. La vida simplemente es un pañuelo... traiciones, venganza, orgullo, historias de amor que siempre tienen un fin y mayormente malos... Pensad que la vida son dos putos días y ya has malgastado uno. Hay que ir en contra del miedo y de lo que pueda pasar en el día de mañana. Llévame a los bares más oscuros, vamos a fumarnos la ciudad, vamos a bebernos tú y yo el mundo, vamos a esquivar la soledad. Y es que, el que no mira hacia adelante, atrás se queda...
Hoy hace un año. Nos escapamos por una noche del mundo y nos encontramos en un planeta, que no nos convenció del todo... así que saltamos a otro, donde encontramos un parque, al que bautizamos parque número trece. Compartimos un par de piruletas con forma de corazón que me saque de los bolsillos, nos hicimos el amor con la mirada, aunque no nos diéramos cuenta en ese momento, y sonó"Canción húmeda"... entonces vino el beso, y otro... y lo supimos: son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos, son preciosos nuestros besos...
Después cosiste a la despedida tu declaración de amor, breve y valiente... un te quiero, frente con frente, irremediable, un te quiero.

Y ahí estabamos nosotros, entre rock and roll y escalofríos... con el corazón mojado y enganchados de por vida a un cuento distinto a cualquier otro. Somos magia, sin trucos... simplemente magia. Azúcar, nieve, tacto de colores, mordiscos, cosquillas, orgasmos, cuentos apalabrados, ochos caídos al suelo, dos idiotas con suerte, sueños susurrados al universo, magia, y un trece que a nosotros, por distintos al mundo, nos ha hecho afortunados.

Al final de la noche, cuando otra ropa se mezcla con la mía en la oscuridad de cualquier habitación, y beso a todas las mujeres que no tienen tu nombre, me doy cuenta de que algo se queda dentro. El final de todo, eso que nunca soy capaz de darporque ellas no son tú.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La noche se puso de pie para mirarnos: tú y yo agarrados de la mano, como se agarran las etapas de la vida de las que no quieres desprenderte, porque tu futuro se plantea como un lugar sin miel, donde apenas quedan llamadas de rescate.
La noche se puso de nuestra parte: tú y yo paseando por Madrid y el frío invitando a que nos buscáramos un portal donde darnos todas las caricias que reclamaban las calles de La Latina.
La noche se puso a desnudarnos: en un cuarto de hotel sin ventanas ni prudencia,nos vimos envueltos en el sabor azul de los besos esperados. La noche jadeaba como una novia enamorada, y nos invitó a conducir sin frenos por las autopistas del deseo, porque la ciudad de destino tenía un nombre conocido, donde no entran las dudas. Un lugar del que no es fácil salir: el amor.
Después de cuatro años, en que pasamos por todos los estados del amor y el desamor, nuestra historia se acabó. Tú hacia el norte, y yo hacia ningún lugar. Me escondí por donde pude, me agarré a las cinturas que pude, te saqué de las conversaciones como pude y evité ir a los lugares donde coincidíamos como pude. Así acabé, perdido en medio de la ciudad de las almas, sin rumbo, preguntándome por qué cuanto más te esfuerzas en olvidar, más recuerdas. Pasaron varios meses y tras seguir caminando por esa línea decidí tomármelo con calma. Aunque doliera. Aceptar el dolor, como el precio de las cosas más hermosas. Tu recuerdo poco a poco comenzó a picar menos, y por un tiempo, según te ibas yendo,estuve de paso por la vida. Fue raro vivir sin sobresaltos, ver como poco a poco la tristeza se iba diluyendo en el paso de los días. Así llegó el día en que supe que ya no te necesitaba. Esa noche comprendí que el fin, también es el principio.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Movería montañas, no sé si me explico... Pararía trenes si hiciera falta, por ti me refiero. Sabes que no es broma, ni siquiera lo parece. Congelaría volcanes entrando en erupción y me bebería una a una todas las pequeñas dudas impertinentes que se atrevan a cruzar tu cabeza. No es la falta de sueño la que me dicta queestoy sonriendo como no lo había hecho nunca antes. Es que el causante del brillo de mis ojos eres tú, y la sensación supera a cien mil amaneceres vistos desde el piso número quinientoscincuentaydos del edificio más alto de Manhattan.
No tienes que decirme nada. Ya sé que cuando me tenías cerca se te encabritaba el pecho. Te gustaba tentar a la suerte, y acercarte a mi boca más de lo permitido mientras bailábamos. No podías evitar el cosquilleo cuando te hablaba, y sin querer mis labios acariciaban tus oídos. Y si mis manos te rozaban, la electricidad pasaba de mi cuerpo al tuyo, hasta electrocutarte el corazón.