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domingo, 29 de agosto de 2010


Cuando somos pequeñas siempre vemos el mundo diferente y hacemos lo que sea para crecer. Nos ponemos tacos para parecernos a mamá, imitamos al hermano mayor o la prima y queremos opinar de las conversaciones de los grandes... Pero a medida que crecemos todo cambia, comienzas a llenarte de problemas, a ver que no todo es de color rosa, sino que está lleno de inconvenientes.
Conforme pasa tu vida tus problemas aumentan, y no siempre tus padres pueden solucionarlos, a veces ellos lo llaman "problemas de la adolescencia" pero muchas veces es más que eso. La sensación de estrés consume poco a poco y la gente tiene diferentes formas de colapso, unas más dolorosas que otras, pero colapso al fin. Cuando somos pequeños no tenemos problemas por todo, la inocencia nos libra de mucho; en cambio ahora solo debemos asumir las responsabilidades de nuestros actos. Verdaderamente es ahí donde sería ideal volver y ya nunca crecer...

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