Seguidores

viernes, 23 de julio de 2010

Te vi caer, hondo, y no pude hacer nada. Quise sostenerte la mano y lo único que logré fue lastimar tus expectativas de vida. Tenía tu confianza y tu alma guardadas conmigo para cuidarlas y prometí nunca hacerte daño, siendo lo único que terminé haciendo. Creé un vacío que ahora ni vos ni yo podemos llenar. Te vi caer y no supe que decir, cómo reaccionar. No supe cómo ayudarte aún sabiendo que el remedio a tu dolor era el mismo que el mío: afecto, amor, fidelidad, cariño, estabilidad. Te vi caer y vi mi vida desmoronarse en mil pedazos filosos que te lastimaron y te dejaron enormes cicatrices que son tan mías como tuyas. Te vi, caer y tocar fondo. Te vi llorar y sufrir porque la vida no suele ser justa con quienes lo merecen. Intenté enmendar la equivocación que cometí pero tu cuerpo ya me había alejado lo suficientemente lejos como para que no te sintiera asfixiarme. Tu amor se congeló y con el, mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario