Entonces todo alrededor se paro, todo menos nuestros corazones que latían cada vez con más fuerza. Nos dijimos lo que infinitas tardes habíamos ocultado, hablaron las palabras a las que tanto miedo teníamos y mirándonos a los ojos fuimos lo que quisimos ser. Éramos dos, dos almas que se daban la mano y leían entre líneas. Nos gritamos las verdades que nadie mas puede oír. Y aunque de nada sirva, aunque tengamos miedo… se y sabes que todo saldrá bien.
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